Con el desarrollo económico de los años sesenta el país experimentó un considerable empuje en la acuñación de moneda y en la compra de una maquinaria más rápida y eficiente.
Eran tiempos del fuerte despegue económico del país y de cierta prosperidad económica que empezaba a llegar a una incipiente clase media.
Bajo el paraguas de este crecimiento y de manera tardía se quiso implantar un sistema monetario más acorde con a los sistemas europeos, donde se incluiría la plata en las monedas de 100 pesetas justo en el momento en el que algunos países europeos empezaban a retirarla.
Era el momento de acuñar grandes cantidades de moneda fraccionaria para garantizar y afianzar las pequeñas transacciones en el comercio cotidiano.
Se exigía por tanto una nueva imagen de franco más acorde con la realidad de su retrato, se proseguía entonces con la acuñación del busto de franco donde el poder de su persona aparecía afianzado de manera indiscutible.
El celebre escultor, Juan de Avalos fue el encargado de dibujar el nuevo retrato de Franco en las nuevas monedas de 50 céntimos, 1 peseta y de 100 pesetas.
Entre sus obras más célebres destacan el monumento de los amantes de Teruel y las esculturas del valle de los caídos.
Dicho retratato serían reducido a los troqueles por el grabador Manuel Marín.
Se crearon por ley 117/66 del 28 de diciembre de 1966 y entrarían en circulación el 1 de mayo del mismo año.
*fotografía del monumento de los amantes de Teruel realizado por Juan de Avalos.
*fotografía: 100 pesetas 1966 *69 - palo curvo- lote 1226 de la subasta de áureo del 30 de septiembre de 2016.